Para el folklore, Hallowe’en, el comienzo del año oscuro. Los celtas,
como otros pueblos antiguos, empezaban los ciclos temporales por la mitad
oscura: el día terminaba con la caída del sol y la jornada siguiente tenía su
inicio con la oscuridad de la noche, el año nuevo comenzaba en esta fecha con el
principio del invierno (boreal).
Un punto de vista interesante
para tener en cuenta es que este festival se asociaba con el aire. Agua, fuego,
tierra y aire no eran solo los elementos fundamentales de los griegos
presocráticos, sino que como categorías de aprehensión de la realidad fueron de
todos los indoeuropeos y también de muchas otras culturas.
El 31 de octubre es una fecha asociada con los muertos, las almas en pena, las
brujas y los hechizos. Estas características se deben a su cercanía con el
día de los difuntos, que originó la iglesia católica y que se conmemora el 1 de
noviembre. Como en otros festivales de año nuevo, en esta fecha los muertos
volvían a estar entre los vivos. Los celtas hacían sacrificios humanos y de
animales, en honor al dios Samhaím, señor de la muerte.
Este día marcó la finalización del verano y la cosecha, y el
comienzo del oscuro y frío invierno, momento del año que a menudo se asoció con
la muerte humana. Los celtas creían que la frontera entre los mundos de los
vivos y de los muertos se volvía incierta en la noche antes del Año Nuevo. La
noche del 31 de octubre celebraban Samhain, fecha en la cual se creía que los
espíritus de los muertos regresaban a la tierra. Para ahuyentar a estos
malos espíritus, los celtas se vestían con cabezas y pieles de animales mientras
que los sacerdotes de druida realizaban sacrificios con fuego para celebrar el
día de un modo más cristiano.
Durante la ceremonia del 31 de octubre los celtas se
disfrazaban con las pieles de los animales sacrificados para sacar del pueblo a
los demonios que los visitaban y poder regresar a la normalidad al día
siguiente. Con las cenizas y restos de los sacrificios hacían un rito para
conocer el futuro de los siguientes meses.
Así mismo, se celebraba el "sabbath" o fiesta
de brujas. En ella, las brujas y brujos se reunían para ofrecer sacrificios a
Satanás, señor de la muerte, mediante ritos, actos sexuales y muerte. En la Edad
Media se quemaban gatos negros por creerlos amigos de las brujas.
En Estados Unidos comenzaron a celebrar esta fecha las
pequeñas comunidades de irlandeses católicos a mediados del siglo XIX, ya luego
entrado el siglo XX ( el de la comercialización ) se esparció la tradición al
resto del planeta.